martes, 28 de enero de 2014

Capítulo 30

Hacía unos minutos, los labios de Elhija estaban sobre los míos y segundos más tarde, nos encontrábamos bajo la mirada acusadora de Betsi. Yo solo quería morirme. ¿Qué había hecho?
Sentía cómo mis mejillas se iban poniendo cada vez más rojas, tanto que tenía la sensación de que de un momento a otro acabarían explotando por la presión. No me atrevía a mirar a ninguno de los dos a la cara. Solo quería meterme bajo las sabanas y despertar de aquel horrible sueño. Pero... ¿en qué estaba pensando?
Levanté con sigilo la cabeza y vi que Betsi seguía mirándome con ojos acusadores. No la culpaba por ello, en realidad merecía que me chillara y me dijera lo mala novia o amiga que era. Lo necesitaba. Pero tenía la impresión de que me iba a castigar con su silencio, al menos hasta que Elhija se marchase y quedáramos las dos solas. En ningún momento había reparado en Caleb; en lo que eso suponía para él, para nosotros y para nuestra relación. No cabía duda, había metido la pata hasta el fondo.
-¿Alguien puede explicarme qué cojones está pasando aquí? -un susurro enfadado salió de los labios de Betsi, que cerró la puerta tras de sí.
Ni Elhija ni yo respondimos, yo simplemente volví a agachar la cabeza avergonzada. Y realmente lo estaba. Avergonzada, enfadada y decepcionada conmigo misma. Me había dejado llevar de una forma muy poco habitual en mí. Sí, era impulsiva  la mayoría de las veces y no llevaba cuentas con nadie, pero no era de mí de quien estábamos hablando, sino de Caleb. Era por él por quien me sentía así. Estaba claro que no iba a perdonarme aquello.
Miré a Elhija de reojo y me sorprendí al hacerlo. A diferencia de mí, él estaba tranquilo y normal, como si allí no estuviera pasando nada. Tenía una expresión que irradiaba felicidad y a decir verdad, eso me chocó.
-¿Es que no pensáis contestarme? -insistió mi amiga malhumorada.
-Bueno, qué decir - se rió Elhija- tú misma lo has visto. ¿Es que no sabes lo que es un beso?
Betsi le fulminó con la mirada y de no ser porque se estaba conteniendo las ganas, le habría partido el cuello sin dudarlo.
-Mira -le dijo acercándose a él- mejor será que te vayas de aquí antes de que responda. ¿Nunca te han dicho que los neófitos enfadados no son nada buenos?
-Sí, pero dudo que uno como tú sea capaz de hacer algo a alguien como yo.
-No me tientes - gruño entre dientes.
-¿O qué? 
-¡Basta ya! -grité por fin.
Los dos me miraron con sobresalto, no se esperaban que reaccionase así después de mi silencio y nerviosismos. Pero como ya he dicho, también estaba enfadada. Muy enfadada.
-Elhija será mejor que te vayas -me acerqué al chico y le llevé a la puerta empujándole por los hombros.
-Creo que...
-Luego hablaremos de esto -dije cortante.
-Thess, yo...
-Elhija, de verdad -mi tono de voz era suplicante, al igual que mis ojos- ahora no.
Pareció captarlo. Él a pesar de su apariencia, pude fijarme de que había una guerra librándose en su interior. Sus pupilas estaban dilatadas y un pequeño brillo le asomaba por el borde de su pupila. 
-Está bien -asintió y me besó en la mejilla- te llamaré luego.
Sinceramente, no era algo que me apeteciese, simplemente quería desaparecer. Pero si no le decía que sí, no se marcharía y podía notar la penetrante mirada de Betsi en mi nuca; esa mirada que decía ¨la has cagado, te voy a matar¨, a si es que me limité a asentir con una sonrisa fingida.
Me incliné sobre mis puntillas antes de cerrar la puerta para ver qué estaban haciendo Caleb y Daniel y si ellos habían sido conscientes de lo que había pasado en mi cuarto, pero no estaban. Con un leve suspiro, entré y cerré.


La sensación de euforia que me recorrió el cuerpo cuando sentí que Thessa me correspondía el beso, había sido lo mejor que había sentido en mi vida. A pesar de que no había durado mucho debido a la interrupción de Betsi, estaba seguro de que algo había cambiado entre nosotros; para bien. No obstante, sabía que probablemente estaba metida en un lío debido a su situación amorosa con Caleb, pero en esos momentos me daba igual el otro chico, a decir verdad, me importaba un comino.
Mentalmente me sentía fuerte y lleno de valor. Tanto, que estaba dispuesto a acabar con mi batalla interna. Iba a ir  a ver a Gabriel y a decirle que esto se había acabado. Que lo dejábamos, tanto yo como Daniel; que estábamos hartos de sus órdenes y que Thessa no se merecía aquello. 
Estaba feliz. Feliz por haber elegido el camino correcto. No sabía si Thessa se sentía igual que yo, si había sentido lo mismo que yo con nuestro beso, pero yo lo estaba, estaba feliz. 
-Daniel -le llamé cuando terminé de bajar las escaleras, aunque para mi sorpresa, no había nadie allí-. ¿Daniel?
*Qué raro...* No había nadie, absolutamente nadie. Los platos habían desaparecido de la mesa, solo estaba el mantel y las velas, pero estas ya estaban apagadas. Me asomé a a la cocina, pero tampoco había nadie, solo un montón de platos y cubiertos sucios apilados en el fregadero.
-¿Dónde coño se han metido? -dije para mí como si alguien fuera a salir de la nada y a contestarme.
Abrí el ventanal y salí fuera, al balcón, para comprobar si estaban en la calle, pero no; tampoco había nadie, solo gente que iba con sus regalos de última hora. Estaba echando un vistazo a la calle de arriba a abajo cuando reparé en que mi coche no estaba. *¿Pero qué...?*.
Por un momento se me pasó por la cabeza que lo había aparcado en la calle contigua, que todo era pura coincidencia, pero estaba seguro de que no; de que lo había aparcado justo enfrente, junto al coche rojo. Llevé las manos a los bolsillos de mis pantalones, pero solo tenía el móvil. Una sensación de malestar y nerviosismo empezó a apoderase de mí, que me decía que algo no iba bien, incluso una idea asomaba por mi cabeza, pero deseaba que no fuera así.
Corrí hasta el perchero donde estaba mi chaqueta, esperanzado de que quizás las llaves se encontraran allí, pero lo único que encontré fue un trozo de papel. Al principio lo arrugué y lo lancé al suelo, pero luego caí en que no era un simple trozo de papel, sino que se trataba de una nota.
Me agaché y lo cogí para desarrugarlo. Efectivamente se trataba de una nota, la cual, carecía de sentido. Tuve que leerla varias veces, pues no entendía lo que ponía, pero cuando lo entendí, me maldije a mi mismo.
"Ya está todo hecho. No te preocupes por nada".

Me quedé mirando la puerta fijamente, como si allí se encontrasen las respuestas a todas mis preguntas, aunque en realidad solo era una superficie lisa y marrón, como lo que era, una puerta.

Sentía la mirada de Betsi agujereándome la nuca y por eso mismo no quería mirarla a la cara, no podía hacerlo. Me sentía mal por sentirme bien.
Mi cabeza no paraba de recordar el beso una y otra vez. Las manos de Elhija enredando en mi pelo mientras me apretaban más contra él. Sus labios sobre los míos... recordarlo me hizo estremecer. Sabía que aquello había estado mal, pero lo peor de todo es que me había gustado. Había querido hacerlo.
-Bueno qué -cortó Betsi el silenció con una voz claramente enojada- . ¿Me vas a contar qué es lo que ha pasado aquí?
Ni siquiera sabía por donde empezar, aunque tenía que reconocer que el hecho de que me hubiera hablado y hubiera sido ella la que había roto el silencio me había quitado un pequeño peso de encima.
Muy lentamente, comencé a girarme sobre los talones para mirarla y quedar de frente. Agradecía que Betsi se encontrara casi en la otra punta de la habitación, aunque no le llevaría ni un segundo cruzarla.
-Sinceramente.... -susurré con la cabeza gacha- no lo sé.
-¿Que no lo sabes? -sonrió irónica- Pues a mi me parecía que sabías perfectamente lo que hacías, ¡vamos, que tenías tu lengua metida hasta su tráquea!
-Mira, bastante mal me siento ya como para que me chilles ¿sabes?
Cansada de todo aquello, me dejé caer sobre la cama, con medio cuerpo fuera y las manos tapándome la cara.
-Es que... es que no lo sé -solo sabía negar con la cabeza- no lo sé. Ha sido todo muy rápido. Entré, vi un regalo sobre la almohada...
-¿Un regalo? -al parecer se había dado cuenta de cómo lo estaba pasando y su voz sonó más amable. Se sentó a mi lado.
-...sí, esta pulsera -levanté la mano en la que se encontraba el abalorio para mostrárselo- y él me dijo que le recordó a mí, por eso me la regaló y bueno... una cosa llevó a la otra y ya sabes el resto.
-Thess... -negó con un gesto- yo sabía que esto tarde o temprano acabaría pasando.
-¿Qué? -me incorporé de un salto.
-Sí... venga ya, ¡no jodas! No soy tonta, os observo.
-¿Me observas? -bromeé para restar importancia al asunto, pero como respuesta solo obtuve una mirada de desaprobación.
-Ya te he dicho que he visto cómo te mira Elhija.
-Y... ¿cómo me mira?
-Como si tuviera que protegerte, no sé -se encogió de hombros- se preocupa por ti, le gustas.
Aquellas palabras me hicieron recordar la conversación que el chico y yo tuvimos en el bosque, cuando me dijo que me había seguido porque se preocupaba por mi.
Ladeé la cabeza para poder mirar a Betsi. Ella me miraba con compasión, como si se apiadase de mí y lo entendiera, pero ni yo misma lo hacía.
-Cuando te he dicho esta mañana que Elhija nunca te haría daño, lo decía en serio -continuó.
-Ya... no sé... supongo, pero lo que he hecho yo... está mal. Estoy con Caleb, quiero a Caleb...
-¿Segura? -enarcó una ceja.
-¿A qué te refieres? -pregunté dubitativa.
-No sé, a que si has hecho lo que has hecho con Elhija, quizás es que no quieras tanto a Caleb -levantó las manos en señal de stop, sabía que iba a cortarla- espera, déjame acabar. Me refiero en ese aspecto, en el tema amoroso. No sé -se encogió de hombros- quizás hayas confundido sentimientos y no te guste tanto, solo... le quieres, mucho, pero como un amigo.
-Quizás, no sé ...
Aparté la mirada para quedarme fija en un punto de la habitación. Siempre me era más fácil pensar cuando hacía eso. Miraba fijamente a un sitio, sin pensar en nada, dejando a mi mente organizarse sola y con los ojos muy abiertos. No los cerraba hasta que notaba que la sequedad era demasiado extrema.
-Cuando pones esa cara me das mal royo -dijo Betsi a mi lado.
-Lo sé, es una manía que tengo. Así pienso mejor.
-Luego la rara soy yo...
Ignoré su comentario, era lo mejor.
Quizás Betsi tenía razón y solo había confundido sentimientos, aunque por otra parte me gustaba estar con Caleb, no era que nuestra relación hubiera cambiado mucho, solo que ahora teníamos el royo del sexo y los besos esporádicos a escondidas, aunque  eso era algo que me gustaba. Recordar la primera vez que lo hice con Caleb, no hacía muchos días, pues fue el día de mi cumpleaños; aquel día tan desastroso en el que Gabriel me encontró, convirtió a Betsi en vampira y tuve un accidente con el coche; me hacía sentir sexy, atractiva y querida, el sexo con él era diferente a como había sido con otros chicos. Había amor. Pero a la vez, en cierto modo, le echaba de menos como amigo. Él no se merecía lo que había hecho.
Por otro lado estaba Elhija. Ese chico que podía ser tan desesperante y atento al mismo tiempo. Tenía algo; algo que me llamaba la atención. Un toque misterioso que me atraía y me hacía sentir bien, como si nada malo pudiera pasarme con él. No lo conocía de hacía mucho, pero en ese tiempo se había mostrado tan protector conmigo... El día que lo vi por primera vez en la tienda de abetos cuando Caleb y yo fuimos a comprar uno y se hizo pasar por un humano, el día que desperté en su casa tras el ataque de los esbirros de mi hermano, cuando me miró con aquellos ojos el día de mi cumpleaños... Ains, esos ojos oscuros que hacía que me perdiera en ellos. Eran como un pozo sin fondo que te invitaba a tirarte a él.
¿Por qué todo era tan complicado? Si algo saqué de todo aquello era que no tenía nada claro y que necesitaba pensarlo todo detenidamente, pero lo más importante era decirle a Caleb lo que había ocurrido. Merecía saberlo.
-¿Dónde está Caleb? -la miré levantándome de la cama.
-¿Cómo que dónde está? Abajo.
-¿Dónde? -volvía a preguntar estañada- Cuando he abierto la puerta para que Elhija se marchara no había nadie abajo.
-Pero si cuando yo he subido estaban de cháchara ... -miró a la puerta de reojo, como si una idea se estuviera formando en su mente.
-Pues no están.
-¿Están? ¿En plural?
-Sí -asentí-. No había nadie abajo.
Las dos nos miramos muy serias. Nos quedamos así varios segundos y luego miramos a la puerta. Las dos sabíamos que algo no iba bien, pero no sabíamos el qué.
Sin mediar palabra, salí de la habitación y me incliné sobre la barandilla del balcón interior para poder ver también el interior de la cocina. Pero nada, no había nadie. La mesa estaba despejada, ni un solo plato sucio.
Me giré para quedar de nuevo frente a Betsi quien seguía sentada en la cama mirándome muy atentamente.
-No hay nadie...
-Pero qué... -se levantó para llegar hasta mí. Hizo lo mismo que yo, se inclinó sobre la barandilla y seguidamente me miró con seriedad- ¿Dónde se ha metido todo el mundo?
-Buena pregunta -la felicité con ironía-. Eso mismo me gustaría saber a mi.
Algo estaba pasando, algo que no me estaba gustando ni un pelo. Todo el mundo había desaparecido de repente y ni Betsi ni yo teníamos idea de por qué o a dónde habían ido. Era como si al entrar en la habitación nos hubieramos vuelta ajenas a lo que nos rodeaba.
Me dispuse a andar cuando me pisé el cordón desabrochado de mis zapatos y estuve apunto de tropezar, por suerte tenía mis reflejos vampíricos y me agarré a la barandilla para no caerme.
-Estúpidos zapatos -espeté tirándolos contra el suelo con genio.
Una vez abajo, me asomé al balcón a ver si había alguien o si ellos estaban en la calle. No se me ocurria ninguna idea sobre qué podían estar haciendo en el exterior con el frío que hacía, pero tampoco se me ocurría el por qué había desaparecido todo el mundo. 
Nada, en la calle no había ni un alma. Todo estaba en silencio y solo se escuchaba el viento que soplaba con fuerza empujando los copos de nieve. Sí, estaba nevando. Otra vez.
-¿Qué? ¿Algo?
-Nada -dije decepcionada al entrar de nuevo en el salón-. Esto no tiene ningún sentido. 
-Lo sé.
Repasé toda la sala con la mirada, buscando algún signo que me indicara qué había podido ocurrir, si habían discutido o algo, pero todo estaba en su sitio. Cuando llegué al perchero me paré. No estaban ninguno de los abrigos de los Stefsons, ni el de Elhija ni el de Daniel; aunque la chaqueta de Caleb sí que estaba allí.
-No están sus abrigos.
-¿Qué? 
-Eso, que no están sus abrigos.
Me acerqué al perchero, algo nerviosa, aquella situación no me estaba gustando ni un pelo. Rebusqué, tirando un par de chaquetas al suelo. Pero nada, allí no había nada, solo mis chaquetas y las de Caleb. Recogí las que se habían caído, volviéndola a colocar en sus respectivos lugares cuando vi un papel arrugado en el suelo. Lo cogí y lo abrí. 
La letra era bastante alargada y no entendía muy bien lo que ponía. Tuve que leerlo un par de veces para comprenderlo, pero aún así, carecía de significado.
-¿Qué es eso? -Betsi se inclinó sobre mis hombros para leer.
-No lo sé, estaba en el suelo.
-¿Qué pone? Vaya letra fea.
-Pues... creo que pone que ya está todo hecho, que no me preocupe por nada. No sé qué significa.
-¿Qué ya está todo hecho? ¿El qué?
-No lo sé Betsi -respondí con demasiada brusquedad. Hasta yo misma me asusté.-. Perdón... es que no lo sé. No sé dónde está todo el mundo ni qué es lo qué está pasando. Quizás sea de Elhija o de Daniel... -tiré la nota sobre la mesita restandole importancia-. No veo nada fuera de lo normal que me indique que haya pasado algo, está todo en perfectas condiciones. Seguro que no están gastando una broma. ¡Chicos, salir ya! ¡Esto no tiene gracia!
Como me esperaba, nadie contestó, Ni un solo ruido a parte de mi corazón acelerado. Me estaba poniendo nerviosa y de mala leche. Más lo segundo que lo primero, porque probablemente todo aquello estaba siendo una broma de los tres y tanto Betsi como yo nos estábamos preocupando por nada.
-Mira, lo mejor será que nos sentemos a esperar... -me senté en el sofá.
-Sí. Sera lo mejor.
Betsi se sentó a mi lado y las dos nos quedamos calladas sin decir ni pio. El silencio que había era abrumador, pero no tenía ganas de hablar. Habían pasado muchas cosas aquella noche y solo quería hablar con Caleb, zanjar el asunto del beso y a ser posible irme a dormir cuando antes.
Sonó un ruido. Como si algo chocase contra otro algo. Era un movil, pero no estaba en el salón, sino en otra estancia de la casa.. Miré a Betsi y esta me miró a mi. Las dos nos encogimos de hombros y miramos por toda la sala para ver de dónde procedía el ruido.
-Creo que es el mío -se levantó de mi lado y fue a toda prisa a mi habitación-. ¡Thessa, es el tuyo! ¿¡Qué hago!? ¿¡Lo cojo!?
-¡Sí!
Una ráfaga de aire se levantó a mi lado cundo Betsi bajó las escaleras con el teléfono pegado a la oreja.
-¿Sí? ¿Diga? ¿Hay alguien ahí?
-¿Qué pasa?
-No sé -hizo un gesto de encogimiento con los hombros- no contesta nadie.
-A ver, trae -me levanté y le quité el teléfono de las manos-. ¿Sí?
Betsi tenía razón, no se escuchaba nada al otro lado, solo una respiración profunda y entrecortada. Colgué.
-Será algún gilipollas gastando bromas -lo solté sobre el sofá y volví a sentarme-. Espérate si no son estos tres.
El teléfono volvió a sonar. En un principio no quise cogerlo, porque intuía que volvería a pasar lo mismo, perp al final lo descolgué.
-¿Sí? ¿Quién es? -pregunté mosqueada.
Nada, nadie contestaba al otro lado y mi enfado iba aumentando por momentos.
-Oye mira, si es alguna bromita estúpida, has llamado en mal momento. Llama a otro número.
Me disponía a volver a colgar de nuevo, cansada de aquellas estupideces cuando escuché una voz al otro lado.
-Hola, hermanita. ¿No echas nada en falta?


2 comentarios:

  1. ¡COMO LO SABÍA! :O
    Sabía que había sido Gabriel el que estaba detrás de la desaparición misteriosa de la casa y seguro que ha sido Daniel, los ha traicionado, mira que lo sabían que uno de los dos iba a liarla, madre miaaaa que intriga muchacha ¿como me dejas así? eres mala, digas lo que digas y no me digas que como yo porque no ¿eh? jajaja esto es algo solo tuyo.
    En serio no quiero que acabe "Sin Nombre" pero es que lo has dejado así y solo quiero leer el siguiente capitulo, me haces contradecirme a mi misma. Y lo mismo me estás haciendo con Caleb y Elhija, porque yo era de Caleb claramente, le tenía un Love más grande que el planeta pero es que ahora el otro también me parece monisimo, aunque me parece un poco engreído que se cree más de lo que es, pero aún así irresistible.
    Y bueno luego está Betsi que me parece una monada y me cae super mega genial, es como una mami para Thessa y me ha parecido tan graciosa cuando la regaño y cuando se enfrenta a Elhija que me han dado ganas de adoptarla y todo jajaja es genial ese personaje aunque al principio no se reparara mucho en él, es alguien importante en la vida de Thessa y me da en la nariz que la va a gustar Caleb, no sé llamarme loca, puede que me equivoque pero bueno de ilusiones también se vive.

    Respecto al lío sentimental de Thessa yo solo espero que de verdad a quien quiera sea a Caleb porque no sé, yo creo que con Elhija lo que tiene es una tensión zezuá que no puede con ella, por eso se tira a sus brazos de esa manera (que yo lo haría, por tu culpa claro está) pero luego con quien se acuesta y tal es con Caleb y ella misma reconoce que le quiere y lo que tiene con Elhija es diferente, es más físico que otra cosa, no sé yo lo veo así, y espero que sea así (sí, tómatelo como una amenaza jajajaja)
    Y por el momento creo que no me dejo nada de este capitulo... bueno si, odio a cabrón de Gabriel, le arrancaba la piel y me hacía una alfombra para el baño, ¿pero como se puede ser tan malo? uuuf vivo indignada con ese tío, bueno creo que ahora ya está todo.
    un besito y ¡SUBE RÁPIDO!

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    1. Y yo sabía que ibas a acabar ¨indignada¨con este capítulo XD
      Ya, sé que no quieres que acabe, por la de veces que me lo has dicho, pero todo tiene un fin y creeme, nadie se lo espera, pero ya sabes que habrá segunda parte.
      No soy mala, es solo que... jope, no puedo subirlo todo de golpe, tú más que nadie me entiende también escribes y si lo hiciera, perdería la gracia, demás que los estoy subiendo de seguido, sería mala si lo no hiciera creeme jojojo
      Sí, Betsi ha sido desde un principio un papel secundario, pero bueno, se ha convertido en la mejor y única amiga de Thessa y eso que al principio la joia ceporra no quería.
      Con lo de Caleb y Elhiija, no puedo decir nada, que luego todo se sabe jajaja pero ya te dije que acabarías en el ladito oscuro with my ;)

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