sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo 23.

No paraba de llamar a Elhija pero el no contestaba y yo me estaba empezando a preocupar; ¿y si le había pasado algo? Estaba claro que el brujo no le podía haber hecho nada, pues había estado ocupado conmigo y había salido por patas una vez me enfrenté a él, pero la otra bruja, la del pelo rosa no la había visto desde que Elhija y yo salimos corriendo.
-¡Elhija! ¿¡Dónde estás!? -volví a llamarle con desesperación.
Seguí buscando entre la maleza del bosque, los árboles estaban bastante separados unos de otros, te permitían andar bien, pero los pequeños arbustos y ramajos del suelo se te enganchaban en los pies y te dificultaban el paso.
Escuché un ruidito no muy lejos de donde yo estaba, como si una rama hubiera crujido, pensé que podría ser Elhija y corrí hacía allí. Estaba en lo cierto era él. Tras haberle estado buscando y la angustia que había pasado, me olvidé de las formas y me abalancé sobre él apretándole entre mis brazos. Notarlo allí me alivió bastante, pensar que le podían haber hecho algo, después de haberme salvado a mi, me hacía sentir una basura.
Nos quedamos abrazados un largo tiempo, hasta que algo incómoda y ruborizada, me alejé de él.
-¿Dónde estábas? Me tenías preocupada.
-Lo siento, yo... me cogió la pelirosa -carraspeó.
-¿Estás bien? -a pesar de todo, seguía algo nerviosa por la situación.
Elhija ni me miraba a la cara. Estaba cabizbajo, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta y enredando con una pequeña rama que había en el suelo.
-Sí -asintió con la cabeza- estoy bien. Será mejor que nos marchemos, tengo el coche en la otra punta y vamos a tardar bastante.
Me dio la espalda y comenzó a andar. Yo me quedé parada, ¿qué era lo que le pasaba? Podría decir que él estaba algo.... ¿nervioso? Quizás le habría resultado raro que le hubiera abrazado así, pero estaba preocupada y el verle allí, de una pieza, me llenó de esperanza y me quitó todos los malos pensamientos de la cabeza.
Elhija podía  ser muy extraño, ya estaba con sus cambios de humor. A veces no sabía si estaba bien o estaba mal, era un libro cerrado a cal y canto, de eso no me cabía duda y me exasperaba muchísimo. Sacudí mi cabeza par despejarme y le seguí.
 Él iba un par de pasos por delante, pero me apetecía ir sola, no quería estar a su lado, porque probablemente ninguno de los dos hablaríamos y se haría un silencio incómodo de los que tan poco me gustan.
Aquel hechizo que había hecho me había dejado algo cansada. Notaba como las piernas me flojeaban y a penas tenía fuerzas en los brazos, pero no le diría nada a Elhija, era un estúpido arrogante y probablemente empezaría a hacer alguna gracia, total, nunca sabía por dónde me saldría.
Escuché un golpe sordo y Elhija se paró de golpe a varios metros por delante de mi. Lo veía golpear el aire y con cada golpe, se escuchaba un ¨clon¨. *¿Qué le pasa ahora? puff*. Saqué algo de fuerzas de donde pude y corrí hasta llegar a él. Tenía pensado adelantarle, pero choqué con algo duro y me caí de culo en el suelo.
-¿Qué ha sido eso? -me quejé frotándome la frente ahí donde me había dado.
-¡LO QUE FALTABA! -pateó el aire- ¡Genial, esto es el colmo!
Me levanté y me sacudí los pantalones llenos de barro; estaba que daba asco de lo manchada que iba. Palpé la nada, sin saber muy bien lo que buscaba hasta que toqué algo. Realmente allí no había nada, solo aire, pero mis manos no podían ir mas allá, era como si una pared invisible me separase del otro lado. En un primer momento me asusté, no sabía qué podía ser aquello, me desplacé hacia el lado con las manos aún apoyadas en aquel muro, pero no acababa, hasta que me di cuenta de lo que se trataba.
-Un campo de fuerza -susurré.
-Muy lista, ¿lo has descubierto tu solita? -soltó irónicamente el chico.
Pasé de contestarle, no me merecía la pena, solo serviría para cabrearme más de lo que estaba, si se podía y cabrearlo a él. Le miré con desprecio y canteé la cara para seguir desplazándome hacia ningún lugar para ver si había algún punto en el que el campo de fuerza acabase, pero algo me decía, que no iba a ser así. Estábamos atrapados.
Algo aturdida, me dejé caer contra un árbol. Un intenso mareo se apoderó de mi. Todos los árboles daban vueltas a mi alrededor y la vista la tenía nublada. Apoyé mi cabeza contra el tronco y me tapé la cara con las manos para intentar tranquilizarme. Los nervios se habían apoderado de mi y ponerse nerviosa en situaciones así, no ayudaba ni servía para nada.
A pesar de que tenía los ojos cerrados, notaba cómo la cabeza me daba vueltas. Tenía miedo de quitar mis manos de la cara, abrir los párpados y que el mundo se me viniera encima, no sabía si podría soportar tanto peso; entonces caí. Los brujos, los brujos que nos habían atacado eran sirvientes de Gabriel, la chica había dicho que habían venido a por mi, pero se habían ido con las manos vacías, al menos eso había pensado yo, pero en realidad me tendrían allí atrapada hasta que él viniera a por mi. Era un pajarillo encerrado en una jaula esperando a que el cazador lo soltase para pegarle un tiro; claro está, yo era el pajarillo y Gabriel el cazador.
-¿No hay forma de salir de aquí?
No fui cociente de que Elhija seguía conmigo hasta que no habló y puso su mano sobre mi hombro. El contacto de su fría piel me estremeció. Él debió de notar el escalofrío que me recorrió el cuerpo, pues tan rápido como puso su mano, la quitó.
-No, el un campo de fuerza, está ligado al Sol, hasta que este no se vaya, el campo no desaparecerá -dije aún con la cara tapada.
Era un hechizo muy común que toda bruja sabía. Se usaba para atrapar a las presas o para impedir que alguien escapara, podías atarlo a cualquier elemento natural, cuanto más grande y fuerte fuera ese elemento, más potente y fuerte sería el bloqueo y aquel estaba ligado al elemento más grande de todos, el Sol, por lo que no había manera de salir de allí hasta que la bruja o brujo que lo había creado lo rompiera o hasta que saliera la Luna.
-¿Qué quieres decir con que está ligado al Sol? -preguntó muy despacio y pronunciando muy bien cada
palabra.
-Pues eso, qué está ligado al Sol, hasta que la Luna no salga, nosotros estaremos encerrados aquí, a no ser que la puta de la bruja venga y rompa el hechizo, pero creo que para entonces Gabriel ya habrá venido primero.
Bajé las manos a ambos lados y apreté los puños con fuerza. El mareo había remitido o eso pensé yo, pues cuando me levanté del árbol, como había temido, todo se me vino encima y las piernas me fallaron, de no ser porque Elhija me agarró por a cintura, habría caído al suelo.
-¿Thess? ¿Estás bien?
Su voz me sonaba hueca, como si en vez de encontrarse allí conmigo, se encontrase a kilómetros de distancia, pero sabía que no era así, notaba su presencia allí, notaba sus ágiles dedos clavados en mi pelvis. Levanté la cabeza y pude ver sus oscuros ojos vidriosos sobre los míos. Odiaba que me mirasen así y menos él, no quería que nadie sintiera lástima por mi. Sus ojos estaban clavados en los míos esperando una contestación la cual no sabía si llegaría pues a pesar de que yo quería responder, mi mente estaba perdida en la profundidad de su mirada. Ahí estaba de nuevo, cada vez que él me miraba, sentía como si cayera a un pozo sin fondo, caía y caía pero nunca veía el final. Me ruboricé al pensar en aquello. Notaba mis mejillas ardientes y era aún peor pensar en que él me estaba viendo así.
-Sí, sí, estoy bien -me saqué sus manos de encima y me incorporé- solo ha sido un leve mareo.
-A mi no me ha parecido eso.
-Pues es lo que ha sido -afirmé con seriedad.


Gracias a Nica, Thessa y yo nos encontrábamos en medio del bosque, atrapados por un campo de fuerza que no sabíamos lo grande que podía ser y teníamos que estar allí hasta que el Sol se fuera, algo que no tenía mucho sentido, pues el cielo estaba nublado y podría llegar a decir que iba a llover. Rezaba para que no pasara tal cosa, porque entonces ya si que sería el colmo.
-Bien, ¿cómo salimos de aquí?
-No hay salida -contestó Thess de espaldas a mi- ya te he dicho lo que hay.
-Lo sé, pero tendremos que hacer algo ¿no?
-Sí, esperar a que mi hermano venga a por mi, porque te apuesto a que los dos brujos que nos han atacado venían a por mi.
Me sentía como un completo idiota, si no hubiera decidido ayudarla yo estaría en mi casa, haciendo cualquier cosa menos aquello. Quizás Nica había hecho todo aquello para asustarla y Gabriel no iría allí, pero no era algo que pudiera decir con seguridad, aunque solo de pensar en él tocándole un solo pelo me cabreaba.
No me había dado cuenta de que tenía los puños apretados hasta que noté un pequeño hilito de sangre recorrer la palma de mi mano. La habría para mirar la señal de las uñas cicatrizar.
-¿Y qué vamos a hacer? ¿Quedarnos aquí de planta parada? Eres medio bruja, ¡haz algo!
-Sí, lo soy, pero ahora mismo mis niveles se encuentran bajo cero. Llevo sin comer nada desde ayer y el hechizo que he hecho antes ha sido bastante fuerte, no tengo fuerzas a penas.
-¡Genial! -espeté.
-¡Oye, yo no tengo la culpa de todo esto! -se giró hacia mi.
-¿Y qué estás diciendo? ¿Qué yo sí? ¿Esa es tu forma de darme las gracias?
-¿Las gracias por qué?
-Te he salvado, hace un rato ¿lo recuerdas? -me estaba quedando atónito, me estaba echando las culpas a mi.
-Já, Elhija haciéndose el ofendido.... Si no me hubieras seguido, que por cierto, aún no sé por qué estabas allí, tú no estarías en esta situación.
-De nada -di por zanjada la discusión y le di la espalda para caminar a ningún lugar.
Thessa no me respondió ni me siguió, pero no quería que hiciera nada, sería lo mejor. Estaba claro, que hiciera lo que hiciera, a aquella chica nunca le parecería bien y lo más triste de todo es que el culpable era yo, por ser tan estúpido y no limitarme ha haber hecho lo que se me había encomendado, pero a la vez, sabía que si no hubiera hecho nada por ayudarla, me sentiría mal con ella y lo peor de todo es que no sabía el motivo.
Hacía bastante frío en aquel bosque. La humedad del suelo se adentraba por los huesos y a pesar de que me arrebujaba en mi chaqueta, el frío no se iba, incluso cada vez era mayor. Algo calló en mi coronilla. Toqué ahí donde había caído y lo noté húmedo. Levanté la vista hacia el cielo y vi que estaba empezando a llover.
-Lo que faltaba. Esto es la leche.


-¡Aaaaaaaaarg! -cabreada, agarré una de las raíces del árbol en el que estaba poyada y lo arranqué de cuajo.
Aquella situación era una completa mierda, ya no el simple hecho de que estaba atrapada, en medio de la nada y que probablemente al final del día estaría entre las manos del baboso de mi hermano, sino que acababa de discutir con la única persona con la que me hallaba y que ya estaba sola.
Elhija se había ido, pero estaba muy cabreada con él, sí, me había sacado de la lluvia de cristales cuando el confesionario explotó y había impedido que una bola de fuego me golpeara, pero cada vez que le preguntaba que hacía allí, me esquivaba, y respondía con otra pregunta o haciéndose el ofendido, era como un crío de cuatro años; por no decir que estaba agotada, con un hambre atroz y ni siquiera había un simple conejo del que beber su sangre como caso extremo.
Noté un par de gotas caer en mi cabeza y deslizarse desde la coronilla hasta la zona lumbar, recorriendo la columna vertebral. Estaba lloviendo.
-¡Estúpido día, estúpido tiempo, estúpido todo!
Contener la rabia no era uno de mis puntos fuertes, solía ser impulsiva y eso me llevaba a los problemas. Sin pensármelo dos veces, pateé el árbol caído y lo mandé lejos de allí.
-Será mejor que busque a Elhija, al menos no estaré sola -resoplé.
No me costó mucho encontrarlo, el suelo estaba embarrado y las huellas de sus botas estaban por todo el camino, algo muy descuidado por su parte, pues un vampiro debía de ser sigiloso y no dejar rastro de su existencia. La lluvia cada vez era más fuerte. Mi ropa estaba completamente empapada y no ayudaba nada teniendo en cuenta que llevaba un jersey y la lana mojada no es que fuera precisamente ligera.
Las pisadas me llevaron hasta una oquedad abierta en una gran roca, era como una cueva pero en miniatura, donde solo cabían cuatro personas como mucho. Elhija estaba sentado en una esquina, acurrucado bajo su chaqueta.
-Hola -saludé con sequedad.
El chico se limitó a mirarme de reojo y a volver a clavar la mirada en algún lugar detrás de mi.
-¡Genial! No, no hace falta que contestes -suspiré.
Cogí un par de ramas mojadas que había tiradas por el suelo mientras la lluvia, cada vez más intensa me mojaba por completo. La rama de un árbol tirada por el suelo, sería una buena leña, por lo que la partí en varios trozos y las recopilé todas juntas dentro de la pequeña cueva.
No tenía muchas fuerzas para hacer un hechizo, pero por encender un fuego con mi magia no perdería mucho. Unas pequeñas llamas salieron de mis dedos y las lancé a las ramas que había cogido, encendiendo así una pequeña fogata para mantenernos secos y calientes.
Me senté en el otro extremo, ni muy cerca ni muy lejos de Elhija, si extendía un brazo podía tocarle con las yemas de los dedos. La luz del fuego proyectaba unas sombras en su rostro, alargando las ojeras que descansaban bajo sus ojos y dándole un toque más siniestro, pero aún así, era increíblemente guapo.
-¿No puedes romper un hechizo de retención, pero sí hacer un fuego? -preguntó irónicamente con las cejas enarcadas aún mirando a la nada-. He de decir que me dejas fascinado.
-Imbécil.
-Gracias.
-No hay de que.
Para estar así, habría sido mejor no haberle buscado, pero no quería quedarme sola, aún faltaban un par de horas para que el Sol se escondiera y no me llamaba mucho la atención deambular por el bosque sin nadie a mi lado; además, él tenía aún que responder a un par de preguntas que llevaban un rato rondándome por la cabeza.
-¿Vamos a seguir discutiendo? -aquella situación me estaba cansando.
-No sé, dímelo tú -me miró por fin.
Su pelo mojado le caía sobre los ojos en pequeñas puntas como si de estalactitas se tratase, pero le daban un toque dulce e inocente, llevándose el aire de tipo duro y pillo que solía tener
-Oh por favor, Elhija, que ya no somos dos críos.
-¿Sabes? Tú a veces te comportas como tal.
-¿Yo? -ofendida por su comentario, enarqué las cejas automáticamente-. Oh por favor... Eres tú el que tiene trastornos de personalidad.
-No, yo no...
-Sí, tú sí -le corté sin dejar que acabara de excusarse a sí mismo-.  Un día eres un chico encantador, al otro eres un capullo integral, luego vuelves a ser atento y considerado y a los segundos haces como si no me conocieras de nada.
-Eso no es así -susurró apartándome la mirada- es solo que.... es complicado.
-Típico.
-¿Y qué me dices de ti? ¡Eres igual!
-¡No, no soy así! -grité ofendida con los puños apretados sobre mi regazo.
-Sí, sí que lo eres -sonrió de lado-. Eres una cría que quiere dar la imagen de chula y prepotente, que no le teme a nada y que antepone sus deseos a los demás, pero no eres así y se te nota cuando esa imagen que tienes de ti se resquebraja como hace un par de minutos.
No supe que contestar. Quería pegarle un guantazo y cruzarle esa cara de chulo-gilipollas suya.
-Pero yo sé que no eres así -continuó- te vi con Betsi en el callejón, tenías pánico; o cuando me abrazaste cuando te dije que yo me encargaba de ella o hace nada cuando te has abalanzado sobre mi pensando que me había pasado algo malo -su penetrante mirada se estaba clavando sobre mi, la notaba fuerte, como si fuera  un tanque de miles de toneladas-. Te he visto con Caleb, cómo le tratas. ¿Sabe ya que tú solo le quieres como amigo?
Aquello último me sobresaltó, no me esperaba que sacara a Caleb en la conversación. Pegué un pequeño bote en mi sitio y el al advertirlo sonrió triunfal volviendo a apartar su mirada de mi para clavarla en el fuego. Se había pasado, no tenía que meterse en temas en los que no le llamaban y menos en mi vida amorosa y mucho menos decirme qué era lo que yo sentía o dejaba de sentir.
-¿Cómo te atreves? -me incorporé de golpe, por suerte el hueco era más grande de lo que yo pensaba y no me di en la cabeza.
-¿A qué? -ahí estaba de nuevo esa sonrisa suya. Las ganas de pegarle iban aumentando.
-¡A llamarme falsa y mentirosa y a decirme lo que yo siento o dejo de sentir por mi amigo!
Elhija se levantó del suelo. Él era más alto que yo, no mucho, pues le llevaba por los hombros, pero aún así eso no me echaba para atrás a la hora de enfrentarme a él, me había encarado con tipos muchos más altos y corpulentos que habían salido peor parados.
-¿Me vas a decir que no es verdad? ¿Qué no llevo razón? ¿Qué lo que sientes por ese chico no es más que pura amistad y no lo que él cree? Tú misma le acabas de llamar amigo ahora mismo y que yo sepa, os habéis acostado.
¿Cómo sabía él eso? La única persona a parte de mi y de Cale que lo sabía era Betsi, nadie más y ella se había enterado de que Caleb y yo eramos algo más que amigos el mismo día que había llegado a casa y no había salido de allí desde entonces.
 Aquello se estaba pasando de castaño oscuro. Él no era quién para juzgarme, no cuando él no me conocía de nada y no sabía cómo era yo y menos a meterse con Caleb. Sí, le había llamado amigo, pero porque aún no estaba acostumbrada a la nueva relación que teníamos, pero no por eso es que yo no le quisiera.
Levanté mi mano dispuesta a abofetearle, pero justo cuando estaba casi rozando su mejilla, él se echó hacia atrás con mi muñeca fuertemente apretada entre sus dedos.
-Estás loca si piensas que voy a dejar que una cría como tú me pegue en la mejilla -sonrió fardando de su galante ¨victoria¨-. Muchas lo han intentado antes y ninguna lo ha conseguido.
-Pero porque ninguna eran Theressa Whest -respondí tajante.
Él se me quedo mirando, con esa estúpida sonrisa de lado que tan bien le quedaba y que me mosqueaba por pensar eso. Lo miré detenidamente, con mi vista clavada en sus ojos, no le daría la satisfacción de ganar, si él quería pelea, la tendría y empezaba con un duelo de miradas, estaba claro que quien antes la apartase perdería, ¿qué estaba en juego? La satisfacción de ganar al otro.
El azul oscuro de sus ojos era casi inexistente, se camuflaba con el negro, dejando una pequeña aureola como si sus ojos fueran dos ángeles y el iris la corona resplandeciente. Las pestañas, negras y largas como las que cualquier chica hubiera deseado tener y por las que tanto rímel nos echábamos para conseguir, estaban llenas de pequeñas gotitas de agua. Entre sus labios dejaba al descubierto sus dientes, los cuales no eran tan perfectos como había pensado; tenía una pequeña mella en el paleto izquierdo, pero sus resplandecientes colmillos le restaba importancia.
La sonrisa desapareció de su rostro y pasó a ser una fina línea completa y eso me puso muy nerviosa, pero aún así, no apartaría mi mirada de sus ojos. Mi corazón se aceleró en mi pecho cual caballo desbocado y empecé a jadear, me faltaba el aire *¿Thess? No puedes rendirte ahora. Respira con tranquilidad. Inspira, espira, inspira, espira.* Su mano seguía sobre mi muñeca, a la cual cada vez la apretaba con más fuerza. Sus fríos dedos eran como un pañuelo de seda.
El chico acercó su cara a la mía, despacio, el movimiento fue casi imperceptible, lento, ligero y suave. Yo estaba inmóvil, casi sin respirar, por no decir que me había quedado en la última espiración y el aire se negaba a salir de mis pulmones esperando a que yo se lo ordenase, pero no respondía, estaba perdida mirándolo, perdida de nuevo en sus ojos sin fondo.
Volvió a moverse, pero esta vez fue su mano la que pasó por mi cadera hasta llegar a la zona baja de mi espalda y con un movimiento seco me atrajo hacia él. No sabía por qué no respondía, qué era lo que le pasaba a mis músculos, qué era lo que me estaba pasando a mi, por qué me daba todo igual en ese momento.
Su cabeza volvió a acercarse a la mía, notaba sus labios casi rozándome, su aliento... podía olerle. Era una mezcla entre canela y sangre, pero olía de maravilla.
Cerré los ojos, no quería ver lo que se avecinaba, pero sentía curiosidad, por eso no me aparté y pasé mi mano por su musculado brazo.
Nuestros labios estaban casi rozándose, solo faltaban un par de escasos milímetros más.




7 comentarios:

  1. ¡No, no, no,no,no,no, nooooooooooooooooooo!!
    Que no le bese por favor que no le beseeeeee :'( ella quiere a Caleb y Elhija la está engañando, pero hay que decir que, cuando Elhija la ha empezado a acariciar la espalda de Thessa y ha puesto su mano en la parte baja de su cintura y tiene los labios casi pegados a los de ellas es taaaaan adorable que si fuera yo me lanzaba y le daba un beso aunque sea de Team Caleb
    ¡Ay Dios! ¿qué me está pasando? si yo no me fiaba de él y ahora resulta que si le tuviera delante y me hiciera eso le besaba. ¡Estoy fatal! y es tu culpa por hacer esta novela tan genial e increíble.
    sube pronto el siguiente.
    un besazo

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    1. Ya te he dicho que acabarás en el lado oscuro, yo me encargaré de ello jajajaja

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  2. Cómo te atreves de dejarme así?! Eres muy mala, me has quedado con una Pazo intriga que te cargas!
    Por lo menos va A besar A Elhija *-* Si es que es tan monoso, aunque le mienta. Tiene sus razones, Gabriel le salvo la vida. Normal que le obedezca. Aunque creo que pronto dejará de hacerle caso. Si todos se juntasen para pelear contra Gabriel seguro que ganarían.
    Eso que le ya dicho que se ha acostado con Caleb la ha cagado tela, va A descubrir que le vigila. Aii por diooos
    Siguiente porfavooor

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  3. Noooo seas impaciente, ya sabes ese dicho de que ¨lo bueno se hace esperar¨y no es que me esté dando aires de superioridad, que conste, solo digo que el capítulo 24 os va a gustar mucho jajaja
    Me encanta que los que me leéis hagáis suposiciones sobre lo que va a pasar, sois tan lindos :)
    Un besazoo

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  4. Jaja es que me cuesta :c Yo un libro me lo leo en una semana, y eso de tener que esperar para leerme un capítulo me puede xD Soy muy impaciente, lose, pero encima dices que nos va A gustar mucho! Me quedas con unas ganas de leerlo que vamos!
    Por que una historia puede ser muy buena, pero si no está expresada correctamente, la historia puede ser todo lo buena que sea que no te gusta. Y eso es lo que me pasa contigo, que tu historias es preciosa e intrigante y encima escribes de puta madre. Y lo siento por la palabrota xd pero es que es verdad jaja
    Encima eres tan simpática, que no todas las escritoras lo son eh y eso es muy importante, que además de escribir bien, que seas simpática. Porque hay algunas escritoras que son muy buenas cuando le haces una buena crítica, si le haces una crítica o un consejo, enseguida se enfadan y te ponen como un trapo. Y yo en eso tengo experiencia :/
    A partir de ahora voy A comentar en todos los capítulos porque veo que no comentamos mucho en los capítulos y eso así no puede ser. Hay que demostrarte que te apreciamos y nos gusta tu novela.
    Muchos besos guapa :)

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    1. Vale, has estado apunto de que se me saltaran hasta las lagrimas. Lo primero de todo, muchisimas gracias por: seguir ¨Sin Nombre¨, comentar, apoyarme, darme ánimos y las críticas que me haces.
      Quizás he sido un poco mala a la hora de decir: os va a gustar, es que yo misma quiero subirlo ya, porque yo también soy de las que se devoran un libro en menos de tres días, pero también pienso que cuanto más tardes en leértelo, más lo disfrutas, ojo, no es que me esté echando flores ni nada, sino que es lo que hago yo normalmente con los libros que me leo de los escritores tan fantásticos que hay.
      Sinceramente no sé como expresarte con palabras lo alegre que me he puesto leyendo este comentario, noto que de verdad te gusta, que no eres de esas que simplemente comentan por comentar y eso me gusta, porque (creo que ya te lo he dicho con anterioridad) al principio no pensé que fuera a tener tanto éxito como está teniendo y eso me anima a seguir escribiendo. Obviamente no es una ¨novela¨ del gusto de todos, cada persona es distinta y tiene gustos más o menos parecidos al resto.
      Con respecto a lo de ser simpática... gracias jeje /(^.^)/, qué menos que serlo después de que gente como tú se molesta en leerme, porque para eso escribo, para que me leáis sino, no serviría de nada. A nadie le gusta una mala crítica eso es obvio, pero si las críticas mala existen, es para que se aprendan de ellas. Son muy constructivas, por eso no me enfado o contesto mal cuando alguien me hace una, sino que intento aprender y mejorar para la próxima.
      Muchisimas gracias, eres un cielo :)
      Un besazo y un abrazo enorme.

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  5. Pues si que era largo! Jaja, no des las gracias preciosa. Te lo mereces más que nadie siendo tan así como eres, tan asdfghjkl.
    Si que era largo eh xd Mas que el mio.
    Me has quedado sin palabras, no se que decirte, estoy en blanco. Ninguna escritora me ha escrito un pazo textaco para agradecerme leer su novela. Esto es mucho, de gusto de leer novelas así :)

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