lunes, 25 de noviembre de 2013

Capítulo 1.

Actualidad.

-Venga que empiezo.
¨Hola a todos, queridos compañeros, como he empezado  a mitad de trimestre, pues me ha tocado hacer esta redacción para presentarme, bien, pues comienzo.
Me llamo Theresa Wesst, tengo 756 años, bueno, a la semana que viene tendré 757. Soy una hibrida, mi madre era una bruja y mi padre, al que no he conocido, es mitad lobo mitad vampiro  Unos de mis hobbies favoritos es pasarme horas practicando con la magia, leyendo grimorios antiguos que he ido recopilando a lo largo de los años y beber, beber sangre...¨
-Thess ¿puedes tomártelo enserio?
-Oh, estoy muy seria Caleb -no pude evitar sonreír al ver su ceño fruncido.
-Thess.... -replicó.
-¡Ohg! ¡Está bien!
Rompí la hoja que sujetaba entre las manos y la tiré al cubo de la basura situado debajo del fregadero.
La cocina no era muy grande, como el resto de la casa, bueno, era un loft. La cocina estaba separada del salón por una barra metálica que servía de encimera, donde me encontraba en ese momento apoyada. Caleb, mi mejor amigo, estaba fregando los platos, ya que no disponíamos de lavavajillas, no era por el dinero, sino que Caleb era muy tradicional. El salón estaba decorado con una moqueta negra y sillones de cuero color marfil, justo enfrente había una televisión de plasma con su home cinema incorporado y las play y X-BOX, con las que nos gustaba pasar el rato, yo era bastante buena en los juegos de carreras, por eso Caleb siempre acaba enfurruñándose y yéndose a dormir. En la parte izquierda de la casa, había unas escaleras, justo al lado del balcón, que daba a la playa ¨Crystalline Waters¨, por sus aguas cristalinas. Las escaleras subían a lo alto de un balcón interior, donde había estanterías con libros viejos y nuevos y lo más importante, las habitaciones y el cuarto de baño.
-¿Puedes recordarme por qué yo he de ir al instituto, por millonésima vez y tú puedes quedarte en casa? -pregunté mientras enredaba con un mechón de mi cabello.
Caleb me miró muy serio, aún con las manos llenas del jabón de lavar la loza.
-Pues porque yo ya tengo veintiuno - dijo salpicándome con las manos mojadas- y además, no me quedo en casa, ya he encontrado trabajo en una pizzería cerca del centro. Pagan bastante bien.
-Ya, pero es que yo también puedo trabajar -me quejé limpiándome el agua con jabón que me había ciado en la ropa.
-No vamos a discutirlo más Thess.
-Es que no es justo, es siempre igual. Yo voy a la ¨escuela¨mientras tú trabajas. Sabes que podría trabajar en cualquier lado. ¡Oh por el amor de Dios, Caleb! Estoy licenciada en Veterinaria, Enfermería, Derecho e incluso podría ser guardia civil. ¡¿Me estás escuchando?!
Caleb, de espaldas a mi, asintió levemente con la cabeza. Los músculos de sus brazos se contrajeron, marcándose aún más en la camisa blanca que llevaba, con las mangas arremangadas para evitar mojárselas.
-Te estoy hablando.
Ahí es cuando llegó la reprimenda. Se dio la vuelta, con agua en la oquedad de las dos manos unidas y me la tiró encima de la cabeza. Me quedé paralizada. Notaba como el agua iba cayendo por mi cuello, mojándome la piel a su paso y cambiando el color de mi camiseta gris a gris oscuro. Caleb no paraba de reír, porque sabía que no me gustaba mucho el agua, solo lo justo para asearme, supongo que serían cosas de vampiros. Me miró muy serio, con terror en los ojos, sabía que cuando me quedaba tan quieta es porque estaba planeando algo, algo que no iba a ser muy bueno.
Sentí como un cosquilleo iba invadiendo mis dedos, era como pequeñas agujas que me daban descargas, muy rápidas, pero suaves a su vez. Caleb me las iba a pagar. Una sonrisa afloró por la comisura de mis labios cuando la tubería explotó y el agua comenzó a manar por donde antes se encontraba el grifo. El agua mojó al chico, sorprendido, parecía como si hubiera salido de la ducha con la ropa puesta para ahorrar agua La camisa se le pegaba  a la piel, dejando a la vista sus definido músculos. El pelo negro estaba lleno de gotitias de agua, pegándoselo a la frente en aquellas partes donde  estaba saturado.
Me miró, sorprendido, pero con una pizca de enfado en sus ojos, no sabía que decir.
-Sabes que odio el agua -reí entre dientes- tú solito de lo has buscado.
-Al.. al.. al menos me ayudarás a recogerlo ¿verdad?- balbuceó, escupiendo gotitas del fluido.
-No y ya puedes darte prisa, antes de que se inunde la cocina. He permitido que salga el agua, no que pare.
Me levanté de la encimera donde me encontraba apoyada y salí de la cocina con aires de superioridad *se va a enterar* pensé.
-Me voy a la ducha. Ya sabes cómo me encanta el agua -dejé arrastrar esa última palabra, con desdén.
Subí las escaleras corriendo, dejando atrás la cocina inundada y el salón a medio mojar y me metí corriendo en el cuarto de baño, para evitar escuchar los gritos de Caleb.
La súper-velocidad vampírica era una de las cosas que más me gustaban.
El cuarto de baño tampoco era muy grande, cabía lo justo, una ducha de tamaño mediano, un váter, un lava-manos con sus respectivos muebles donde guardábamos las cremas y los jabones y un taburete donde dejar la ropa  con un espejo a tamaño real justo detrás de este.
Encendí el agua, para dejar que fuera saliendo la caliente antes de meterme dentro de la ducha y me desvestí. Me quedé mirando fijamente el espejo , ya medio empañado por el vapor y me dí  cuenta lo mucho que me había crecido el pelo en el último año. Yo no era ni muy alta, ni muy baja, mi estatura era una estatura media, o así la denominaban los médicos. Mi pelo era de color negro azabache, lo tenía justo un poco más arriba de la cintura y tenía un lado de la cabeza medio rapada, dejando ver mi oreja llena de pendientes de plata y una dilatación de 8mm.
-Tengo que hacer algo con este pelo, quizás me rape el otro lado, seguro que estaría muy guapa.
Sonreí al espejo y me metí en la ducha.



-¡Eres una hija de P... Theressa!
Cogí  rápidamente un trapo he para intentar taponar el agujero donde antes estaba el grifo, pero el agua salía con demasiada presión, el trapo no aguantaría. Corrí rápidamente a la pequeña terraza, dentro de la cocina y saqué una llave inglesa para poder cerrar la tubería. Abrí el mueble, saqué los botes de lejía que había en su interior y apreté con fuerza la llave.
-Genial, ahora me tocará recoger todo esto ami solo -me quejé mirando la cocina encharcada.
El gato negro de Thessa, al cual no le tenía puesto un nombre y le llamaba Gato, me estaba mirando muy fijamente, hasta el punto de ponerme nervioso, sentado encima de la lavadora, mientras yo quitaba, muy a mi pesar, el agua del suelo con una fregona, que no absorbía absolutamente nada.
-Voy a matar a tu dueña, Gato.
Me quedé observando cómo Gato saltaba de la lavadora a la encimera, con un pavoneo y sigilo que solo un felino es capaz de realizar, cuando este me bufó, erizándose le el pelo como efecto secundario.
-Gato estúpido.


Después de la relajante ducha y ponerme el cómodo pijama de franela de color azul, salí de mi cuarto para meterme en  la habitación de  Caleb, quien estaba tirado en la cama, aún con los pantalones mojados, pero sin la camisa.
-¿Ya has arreglado la tubería? -pregunté con sorna.
No obtuve respuesta.
-Oh... ¿te has enfadado?
Cogí impulso y me tiré  encima de Caleb, haciendo que este se doblara por la mitad, quejándose.
-No, no estoy enfadado.
-Sé que sí.
Me hice a un lado para tumbarme junto a Caleb en la cama. La habitación no era muy grande. Las paredes eran de color blanco a juego con la colcha, solo había un escritorio lleno de libros viejos, un armario y dos puertas, una que daba a la casa y otra que daba al cuarto de baño.
-No, no lo estoy.
El chico levantó el brazo y me pasó la mano por debajo del cuello, quedándonos así los dos tumbados en la cama, muy juntos.
-Eres mi mejor amiga, ni por muchas cabronadas que me hagas podría estarlo.
-Lo sé -dije  con una sonrisa en los labios-. ¿Puedo quedarme hoy aquí a dormir?
-Está bien.
Ninguno de los dos volvimos a hablar. Esperamos pacientemente a que el sueño nos invadiera, quedando en una oscuridad absoluta.

2 comentarios:

  1. Siento ser tan pesada xD Si mis críticas te molestan, dímelo :) Me gusta bastante, es interesante y está bien redactado, solo tiene unos pequeños fallos. La mayoría son de palabras que se repiten mucho, hay bastantes así que lo siento pero no te los daré uno a uno :$ El otro es que cambias de narrador. Al principio narras en primera persona, interno, y terminas narrando en tercera persona, narrado externo omnisciente. Eso deberías arreglarlo :) Y nada más, espero próximo capítulo ^^

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  2. ¡Qué vas a ser pesada!
    Tienes razón, ahora que lo he repasado, me he dado cuenta y el biva ese es que se me ha colado -.-"
    Me gustan las críticas, así una puede mejorar.

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